viernes, 5 de febrero de 2016

LAS RUINAS MAYA

Las ruinas de las grandes ciudades antiguas estaban muy aisladas del mundo exterior y eran poco conocidas excepto por la gente nativa. En 1839, el viajero estadounidense John Lloyd Stephens, escuchando comentarios sobre ruinas perdidas en la selva, visitó Copán, Palenque, y otras ciudades con el arquitecto y dibujanteFrederick Catherwood. Sus diarios ilustrados sobre las ruinas encendieron un fuerte interés en la región y sus habitantes enEstados Unidos y en Europa, a pesar de las advertencias sobre lo volátil de la región, que estaba inmersa en fuertes combates entre los liberales en el poder de una debilitada República Federal de Centroamérica y las hueste de campesinos conservadores, dirigidos por el general Rafael Carrera y Turcios.
En marzo de 1848, el corregidor del departamento de El Petén, coronel Modesto Méndez, organizó una expedición en la selva de El Petén, durante la cual descubrieron la ciudad maya de Tikal. El Corregidor iba acompañado de Antonio Matos y José María Garma, ambos regidores, al igual que de los señores Ambrosio Tut, Vicente Díaz y Bernabé Castellano y del maestro Eusebio Lara. Lara fue el primero realizar dibujos de los templos y estelas, los cuales fueron adjuntados al informe oficial que el coronel Méndez envió al general Rafael Carrera y Turcios, informándole del descubrimiento de las ruinas de Tikal En el último párrafo del infome que remitió al gobierno de Carrera escribió: «Yo debo de cumplir con mi deber, pues me sería sensible que otros curiosos extranjeros vengan a dar publicidad a todos los objetos que estoy viendo y palpando.
Vengan en hora buena esos viajeros con mayores posibles y facultades intelectuales, hagan excavaciones al pie de las estatuas, rompan los palacios y saquen las curiosidades y tesoros que no podrán llevar jamás sin el debido permiso; pero nunca podrán nulificar ni eclipsar el lugar que me corresponde, al haber sido el primero en descubrir estas ruinas; sin gravar los fondos públicos les abrí camino, y tuve el honor de comunicar al supremo gobierno de la república, cuanto interesante y superior se encuentra en la capital de este imperio; sin miras de interés personal o particular, únicamente satisfecho y persuadido que mi persona y cortos bienes pertenecen a la patria, al gobierno y a mis hijos»

En 1852, nuevamente en una expedición, Méndez descubrió los sitios de Ixkún e Ixtutz. Sin embargo, los dibujos que corresponden a estos descubrimientos, publicados en 1854, sugieren que el autor podría ser otro artista, y no Eusebio Lara, pero esto no se ha comprobado. Por su parte, en 1860, el arqueólogo francés Désiré Charnay viajó a México donde visitó y fotografió varias de las ruinas mayas,
entre ellas Palenque, Izamal, Chichén Itzá, Uxmal, Sisal, Dzitas, Ticul, así como las ciudades de Mérida y Campeche. A su regreso a Francia, logró montar una exposición con las fotografías tomadas en México, las que cautivaron la atención de la sociedad parisina, al grado que el emperador Napoleón III patrocinó en 1863 la edición de su libro "Cités et ruines americaines", en donde describió lo aprendido en sus viajes y se publicaron placas de sus mejores fotos.

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