Las ruinas de las grandes ciudades
antiguas estaban muy aisladas del mundo exterior y eran poco conocidas excepto
por la gente nativa. En 1839, el viajero estadounidense John Lloyd Stephens, escuchando comentarios sobre ruinas perdidas en la selva, visitó Copán,
Palenque, y otras ciudades con el arquitecto y dibujanteFrederick Catherwood. Sus diarios ilustrados sobre las
ruinas encendieron un fuerte interés en la región y sus habitantes enEstados Unidos y en Europa, a pesar de las advertencias sobre
lo volátil de la región, que estaba inmersa en fuertes combates entre los
liberales en el poder de una debilitada República Federal de
Centroamérica y las hueste de campesinos
conservadores, dirigidos por el general Rafael Carrera y Turcios.
En marzo de 1848, el corregidor del
departamento de El Petén, coronel Modesto Méndez, organizó una expedición en la
selva de El Petén, durante la cual descubrieron la
ciudad maya de Tikal. El Corregidor iba acompañado de Antonio Matos y José María Garma, ambos
regidores, al igual que de los señores Ambrosio Tut, Vicente Díaz y Bernabé
Castellano y del maestro Eusebio Lara. Lara fue el primero realizar dibujos
de los templos y estelas, los cuales fueron adjuntados al informe oficial que
el coronel Méndez envió al general Rafael Carrera y Turcios, informándole del descubrimiento de las ruinas de Tikal En el último párrafo del infome que
remitió al gobierno de Carrera escribió: «Yo debo de cumplir con mi deber, pues
me sería sensible que otros curiosos extranjeros vengan a dar publicidad a
todos los objetos que estoy viendo y palpando.
Vengan en hora buena esos
viajeros con mayores posibles y facultades intelectuales, hagan excavaciones al
pie de las estatuas, rompan los palacios y saquen las curiosidades y tesoros
que no podrán llevar jamás sin el debido permiso; pero nunca podrán nulificar
ni eclipsar el lugar que me corresponde, al haber sido el primero en descubrir
estas ruinas; sin gravar los fondos públicos les abrí camino, y tuve el honor
de comunicar al supremo gobierno de la república, cuanto interesante y superior
se encuentra en la capital de este imperio; sin miras de interés personal o
particular, únicamente satisfecho y persuadido que mi persona y cortos bienes
pertenecen a la patria, al gobierno y a mis hijos»
En 1852, nuevamente en una
expedición, Méndez descubrió los sitios de Ixkún e Ixtutz. Sin embargo, los dibujos que
corresponden a estos descubrimientos, publicados en 1854, sugieren que el autor
podría ser otro artista, y no Eusebio Lara, pero esto no se ha comprobado. Por su parte, en 1860, el arqueólogo
francés Désiré Charnay viajó a México donde visitó y fotografió varias de las ruinas mayas,
entre ellas Palenque, Izamal, Chichén
Itzá, Uxmal, Sisal, Dzitas, Ticul, así como las ciudades de Mérida y Campeche.
A su regreso a Francia, logró montar una exposición con las
fotografías tomadas en México, las que cautivaron la atención de la sociedad
parisina, al grado que el emperador Napoleón
III patrocinó en 1863 la edición
de su libro "Cités et
ruines americaines", en donde describió lo aprendido en sus viajes y se publicaron placas de sus
mejores fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario